NOTICIAS DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN

  • Información publicada por: Mónica Castro
  • Fecha 02/12/2016

Revista La U

Tras una teoría latinoamericana del conocimiento social

En esta nota, Elio Noé Salcedo argumenta sobre una epistemología propia, que sirva a la emancipación nacional y social de Latinoamérica.

En 1926, el desconocido Manuel Ortiz Pereyra –pensador correntino de FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina)-, en su igualmente desconocido libro “La Tercera Emancipación”, exponía las bases esenciales de la moderna Sociología del Conocimiento.

“El conocimiento –escribía Ortiz Pereyra (1884-1941)- no es otra cosa que la relación del sujeto que quiere conocer, con el objeto que debe ser conocido. Casi más propio sería decir: la resultante de la combinación de un sujeto con un objeto”. “Luego, para llegar a un conocimiento de la verdad, el método consiste en considerar: 1°) El sujeto; 2°) Los diferentes puntos de vista del sujeto; 3°) El objeto; 4°) Las diversas circunstancias en que ese objeto puede presentarse”.

Para Ortiz Pereyra, el sujeto conocerá mejor “cuanto mayor sea el grado de lucidez intelectual con que se encuentre armado”, pero no se le escapaba que el hombre, como sujeto social, ve la realidad a través de “un mundo” propio (una conciencia y un inconsciente), “formado ya sea por contacto con el mundo externo inmediato, ya por sedimentación o por conjugación de conceptos y sugestiones que penetran en su cerebro y éste asimila sin la menor sospecha de la conciencia”.

Con estas afirmaciones -advierte el historiador y cientista Roberto Ferrero (a quien entrevistamos con motivo de su nueva propuesta bibliográfica “Bárbaros, las ideas no se importan. Notas para una epistemología política de la periferia”)-, “Manuel Ortiz Pereyra llega al corazón mismo de la epistemología”.


Epistemología y pensamiento propio

De su breve exposición epistemológica –reflexiona Ferrero- “puede rescatarse en Ortiz Pereyra la posibilidad, latente en su concepto de “los diferentes puntos de vista”, de tener una mirada distinta de la europea sobre nuestros propios problemas, ya que no es lo mismo mirar las cosas desde París que mirarlas desde Argentina o Bolivia (es decir desde Europa, Estados Unidos o desde América Latina)”.

En efecto, la epistemología actual de las Ciencias Sociales –advierte Ferrero- establece su cientificidad sobre la base de reconocer los dos atributos esenciales de todo conocimiento: su carácter socialmente condicionado y su naturaleza histórica, al que debe agregarse un tercer rasgo, relacionado con el primero pero no idéntico, señalado agudamente por Adam Schaff: “no es un acto abstracto y teórico, sino que se apoya en la acción colectiva”, carácter éste que en Jean Piaget aparece como constitutiva de todo conocimiento y no sólo como verificadora de un conocimiento obtenido por vía sensorial”.

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