NOTICIAS DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN

  • Información publicada por: Fabián Rojas
  • Fecha 27/08/2024

Nació un 27 de agosto de 1920

La radio, siempre despierta

104 años de radiodifusión argentina connotan que este medio ha sabido superar oleajes adversos para persistir. Después de haber registrado sonoramente el problemático y febril siglo XX, ingresó en el XXI con nuevos desafíos que la siguen haciendo necesaria.

En Buenos Aires, en la nochecita de un 27 de agosto de 1920, a eso de las 9, un médico radioaficionado e inventor anunciaba: “Señoras y señores, la Sociedad Radio Argentina les presenta hoy el festival sacro de Ricardo Wagner ‘Parsifal’, con la actuación del tenor Maestri, el barítono Aldo Rossi Morelli y la soprano argentina Sara César, todos con la orquesta del teatro Costanzi de Roma, dirigida por el maestro Félix von Weingarten”. La voz era de uno de los Locos de la azotea, el argentino Enrique Susini. Hablaba ante un micrófono desde la terraza del Teatro Coliseo. Esa, se dice, fue la primera transmisión mundial. En el trabajo sonoro que en 2000 realizó el periodista Eduardo Aliverti (“El siglo por radio”), la voz del mismo Susini en un archivo atestigua: “Yo quiero reclamar, no por inmodestia ni para aumentar el mérito nuestro, sino porque le corresponde a la ciudad y al país, la absoluta seguridad de que la primera transmisión nuestra fue la primera transmisión del mundo en radiodifusión”.

De ahí en más, la técnica cada vez más perfeccionada al ritmo de los tiempos hizo de la radio un medio de comunicación electrónico cada vez más masivo. Y todos los vaivenes del siglo XX pasaron por la radio, incluso el primer golpe de Estado en 1930 y los que sucedieron después. Y las guerras y los fenómenos sociales argentinos. Había dejado algún paso atrás al cine, aunque luego estuvo a punto de perecer ante la pantalla de TV. Pero no. Supo reinventarse, y así es hasta ahora.

“Estamos consumiendo muchísimo la radio”

¿Qué sucede hoy con la radio y su consumo? “Quizás ya no predomina, como antes, la escucha de radio a través de dispositivos analógicos, pero eso no significa que el medio esté muriendo. Al contrario, estamos consumiendo muchísimo la radio, pero en otros formatos. Elegimos lo sonoro a través de los podcasts, de los famosos canales de stream, que suman lo audiovisual. Y seguimos consumiendo los medios que se reconocen como radio a través del celular, de la televisión. Es fascinante analizar lo que sucede con los medios debido a la convergencia”, se entusiasma Noelia Escales, docente del Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNSJ, comunicadora e integrante del Grupo Fandom, de ese Departamento, en que estudiantes y docentes investigan sobre consumos culturales.

La docente y periodista cita al académico estadounidense Henry Jenkins, quien a su vez recurre a la autora Lisa Gitelman, que define: “Las tecnologías de distribución van y vienen sin cesar, pero los medios persisten como capas dentro de un estrato de información y entretenimiento cada vez más complicado”. Entonces desde la UNSJ, Escales finalmente agrega: “Lo que sucede actualmente es que las tecnologías de distribución se transformaron a partir de la digitalización. Pero los medios retoman prácticas y protocolos. No hacen borrón y cuenta nueva”.

Escuchas en buenas cantidades

En la última Encuesta de Consumos Culturales, 2023, realizada por SInCA (Sistema de Información Cultural de la Argentina) del Ministerio de Cultura del anterior Gobierno nacional, queda claro que muchas personas, al margen de las nuevas pulsiones técnicas comunicacionales, siguen prendidas a la radio. La encuesta se aplicó a la población de 13 y más años residentes en hogares particulares en aglomerados urbanos de más de 30.000 habitantes en el país. “El 67% de la población escucha radio; sobre todo FM y a través del aparato tradicional. Los programas más elegidos son los musicales, los informativos y los deportivos”, afirma el trabajo.

La radio en la comunidad


Una vez traspasado el umbral del siglo XXI, en Argentina, luego de lacerantes crisis por políticas neoliberales, comenzó a hablarse fuertemente de derechos a la comunicación, al acceso a la comunicación (aunque esa temática ya había empezado a asomar en diferentes foros con el retorno de la democracia en 1983). Hubo una gran ley, para radio y demás medios electrónicos, la 26.522, de Servicios de Comunicación Audiovisual. Bajo el amparo de esa norma aparecieron, por ejemplo, muchas más radios comunitarias de las que ya existían. La Lechuza, en San Juan, fue una de ellas. Está en Pocito, en la zona de El Abanico. Es verdaderamente comunitaria. Surgió a partir de la Asociación Civil Retamo. “Hacemos Comunicación Sin Patrones, comunicación fuera de los paradigmas y agendas de los medios hegemónicos”, definen allí.


“A diferencia de otras radios, en que la única manera es escuchar su dial, acá podés venir a la radio a compartir. En la Lechuza, cuyo estudio está ubicado arriba, en un segundo piso, mientras está al aire un programa, abajo puede estar la Academia de Danzas 'India Mariana' (de la Organización Retamo) ensayando; o el Taller de Cultura para niños (Dirección de Cultura UNSJ). Los y las jóvenes de El Abanico que no tienen internet en su casa van a la radio y sus cercanías para conectarse. Es la radio en la comunidad”, dice Luján Romero, periodista e integrante del equipo de La Lechuza.

 Radio Universidad, 93.1, es otra muestra de hacer radio por fuera de estrictos límites comerciales, con el micrófono puesto en la inclusión y derechos de la ciudadanía. Es la radio de la Universidad pública de San Juan.

Imagen: Paula Farías