El historiador de la UNSJ Alejandro Pozzi señala cuestiones de seguridad nacional como el elemento clave del conflicto Rusia – Ucrania.
“En realidad, me parece muy difícil. Lo que sucede es que esto se escribe todos los días y no sabemos para dónde va a dirigirse la situación, pero me parece difícil que haya una guerra abierta entre la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y Rusia o entre Estados Unidos y Rusia”, opina Alejandro Pozzi, historiador y docente de Política Internacional de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNSJ. Lo que sí afirma el politólogo es que esta tensión internacional tiene, además del trasfondo geopolítico y económico, una cuestión, sobre todo, de “seguridad nacional de Rusia”.
Pozzi repasa que Ucrania perteneció a la Unión Soviética desde el nacimiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), hasta que esta unión existió como tal. Luego de caer la URSS, Ucrania pasó a ser una república independiente y, posteriormente, se dividió en dos partes: una totalmente reconocida, que es Ucrania, cuya capital es Kiev, y las otras (Donetsk y Lugansk), que estaban reconocidas como regiones autónomas pero no independientes. “Pero ahora sí se ha producido por parte de Rusia el reconocimiento de esas regiones como independientes; son regiones pro rusas y lo son porque su historia está muy ligada a la historia rusa y porque su composición étnica es en un 80 por ciento rusa. Lo restante de Ucrania, incluida Kiev, son pro Europa y Estados Unidos”, relata el Profesor de la UNSJ.
Así las cosas, sostiene que lo fundamental es una cuestión de seguridad. En retrospectiva, durante la Guerra Fría las líneas de seguridad estaban demarcadas entre Alemania Occidental y Alemania Oriental. “Hacia el Este era todo espacio de defensa y seguridad nacional de la Unión Soviética; hacia el Oeste, era seguridad nacional de los Estados occidentales. Cuando se disolvió la Unión Soviética hubo un compromiso diplomático de que la OTAN no se expandiría hacia el Este. Hay que recordar que la OTAN es la fuerza armada de Occidente que se estructuró en función de la contención de la Unión Soviética”, dice.
La Unión Soviética dejó de existir cuando despuntaban los años noventa, pero la OTAN no. Y si bien la Alianza Atlántica dejó de ser contención, luego empezó a avanzar, traspasando aquellas líneas de la Guerra Fría. “Tan es así –asiente Pozzi-, que ha incorporado prácticamente a todo lo que era de Europa del Este, y Ucrania se ha considerado candidata a entrar en ese espacio de defensa que es la OTAN. Por supuesto que esto también es una estrategia de la que está detrás Estados Unidos, porque de ese modo tiene acorralada y cercada territorialmente a Rusia. Si uno piensa que antes estaban en Alemania y ahora están, desde Ucrania, a 15 o 20 minutos de los misiles atómicos de Moscú, se entiende la razón de seguridad de Rusia. Más allá de los aspectos políticos y económicos, el elemento clave acá es el de la seguridad nacional de Rusia. Por eso Putin actúa como actúa, en función de mantener un esquema de defensa”.
Por ello la pretensión de Moscú es que Ucrania no ingrese en la OTAN. “Rusia no quiere tener en sus fronteras los misiles de la OTAN, y esta alianza quiere posicionarse lo más cerca posible de la frontera tratando de limitar el espacio ruso”, define el politólogo. En tanto, Europa está hoy en el medio. “El problema es que Europa tiene relaciones muy intensas con Rusia, pero Estados Unidos intenta separar a Rusia y Alemania porque la entente geoeconómica ruso - alemana no es de la preferencia estratégica de los Estados Unidos”, desliza Alejandro Pozzi.