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Colación de grado y posgrado en la FACSO

“Sólo con el otro, respetando y amando al otro, nuestro esfuerzo individual alcanza su mayor esplendor”

Así expresó el decano Marcelo Lucero, al despedir ayer a las y los nuevos profesionales.

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Con un acto que se desarrolló en el Comedor Juan Gutiérrez, del CUIM, se realizó ayer la Colación de Grado y Posgrado de la Facultad de Ciencias Sociales, donde cerca de 200 egresados y egresadas recibieron su título. El acto fue el primero de una semana de festejos en el marco de los 50 años de la UNSJ, que incluye la colación de todas las unidades académicas e institutos preuniversitarios.

La ceremonia dio comienzo con la actuación musical de José Luis Blanco, quien interpretó dos canciones de su repertorio. Luego ingresó el cuerpo de bandera, para entonar a continuación el Himno Nacional Argentino.

El primer discurso estuvo a cargo de Federico Orihuela, egresado de Ciencias Políticas, quien habló en nombre de las y los nuevos profesionales. “Quiero invitarles a reflexionar sobre la actual coyuntura política que atravesamos y el constante ataque que está sufriendo nuestra universidad, desde distintos sectores del poder, que tienen como objetivo una universidad arancelada y elitista. La educación superior es un bien público y social, un derecho humano universal y sobre todo, responsabilidad del estado”. Hizo referencia también a los años en que la universidad argentina estuvo arancelada y cuantos no, señalando que “la democratización de la educación universitaria argentina sólo acumula 46 años contra los 366 años de educación arancelada. De aquí la importancia de estar alerta contra los discursos que amenazan nuestra educación pública. Y a partir de ello, me gustaría reivindicar a los jóvenes y docentes que impulsaron la Reforma del 18, quienes lograron que se reconozcan derechos que hoy a nosotros nos parecen inalterables, como la autonomía universitaria, el cogobierno y la libertad de cátedra”.

Luego fue el turno del abogado Dulio Liberman, quien habló en nombre de los docentes de la facultad, expresando que “cada año les cuento a mis estudiantes que para mí, la educación pública fue la única oportunidad de ser abogado. Y la universidad me sigue sorprendiendo, porque hoy me trae acá a hablar ante ustedes. Quizás muchos compartimos un horizonte similar: cualquiera sea el trayecto recorrido, elegimos la universidad pública y acá estamos. La universidad pública vuelve ordinario lo extraordinario y eso, a veces, molesta”.

El decano de la FACSO, Marcelo Lucero, tuvo también a su cargo palabras de despedida. Al respecto, manifestó lo siguiente: “En las últimas semanas, ha resurgido afirmaciones sobre la universidad pública que utilizan la palabra “gratis” bajo un singular sentido que no tiene nada que ver con los que sabemos y sentimos quienes hemos pasado por las aulas de la universidad pública argentina. Nosotros hablamos de “gratuidad” de la enseñanza y el acceso, porque la palabra gratis en el sentido economicista, lo entiende como un intercambio sin costos para una de las partes, pero sin costos monetarios o sin pagar dinero; por lo tanto, la educación pública es reducida a un problema monetario, pagamos o no pagamos. La educación nunca fue gratis, en el sentido que nos quieren hacer creer. El servicio educativo implica un intercambio en el quien recibe, el educando, debe desplegar una cantidad de energía, esfuerzo, tiempo y dedicación, que no tienen nada que ver con el dinero. El esfuerzo individual de cada uno de ustedes por comprometerse a estudiar no fue gratis, ni de ustedes ni de sus familias. La universidad pública no es gratis porque los que la conformamos sabemos desde el primer día, que lo público implica una responsabilidad con la sociedad. La fantasía de que si yo pago con dinero, ya no le deberé nada a la universidad pública, niega uno de los aprendizajes más preciados de la universidad: que el título que ustedes recibirán es fruto del esfuerzo individual, pero también colectivo. Sólo con el otro, sólo viviendo, respetando y amando al otro, nuestros esfuerzos individuales alcanzan su mayor esplendor”.

Finalmente, pronunció su discurso el rector de la UNSJ, Tadeo Berenguer. “Las ciencias sociales son siempre reflexivas. Por eso, el país y el mundo necesitan cada vez más de ustedes; no porque tengan todas las respuestas, sino porque están entrenados para reconocer la complejidad de los problemas y ser más cautelosos antes de emitir juicios o tomar decisiones”, dijo el rector. También señaló que “la historia de las ciencias sociales ha sido un motor de cambio y renovación y no pueden dejar de serlo, su naturaleza crítica hace de vuestros oficios un poderoso instrumento del cambio. Ustedes son parte de ese gran proyecto de construir un mundo mejor. Sean sensibles, no sean neutrales, participen en lo público, involúcrense, hagan valer lo que han aprendido y no olviden ser felices, pero sean felices en comunidad”.