Se logró la segunda restitución de restos humanos ancestrales en la comunidad de Las Talas, Caucete, con acompañamiento de la UNSJ.
Este viernes 28 de junio se llevó a cabo la segunda ceremonia de restitución de restos indígenas en territorio sanjuanino. La primera fue el 23 de mayo en Las Chacras de Marayes, Caucete, allí fueron enterrados en un sitio sagrado donde se encuentran otros ancestros y caciques referentes.
El Programa Universitario de Asuntos Indígenas de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de San Juan fue invitado por las comunidades para acompañar y registrar estos hechos.
La Organización Territorial Pynkanta fue la encargada de oficiar la ceremonia, que se realizó en la localidad de Las Talas, en Caucete. El Omta, Miguel Gil, comenzó la ceremonia al lado del Cementerio Municipal del departamento para seguir a Casa de Piedra, ubicada a medio camino del Baño del Indio. En esa locación sagrada se procedió a encender la fogata sagrada, ubicada en el centro de la demarcación de los cuatro puntos cardinales donde se ubicarían los restos ancestrales.
Luego de escuchar las palabras del Omta Pynkanta y de presenciar otras partes de la ceremonia como el sahumo y las limpiezas, se llevó a cabo el entierro, realizado por dieciséis personas que fueron elegidas como protectoras, cuatro por cada punto cardinal y respetando la dualidad hombre-mujer.
El emocionante momento fue un hecho histórico para las comunidades, para el reconocimiento de su preexistencia y el de la interculturalidad que existe en Argentina. Además, es un antecedente muy importante para seguir reclamando el cumplimiento de la ley a los demás museos de la región.
Esta restitución es la más grande que se ha realizado hasta ahora en Argentina, ya que cuenta con 37 cajas que contienen restos de cuerpos, retazos de vestimentas y elementos ceremoniales.
Marco legal
Investigadores de toda la región andina consideraron que la profanación de los lugares de descanso de los restos humanos era conveniente por el simple hecho de que contribuían a la reconstrucción de la historia de la humanidad. Pero gracias al reclamo insistente de muchas comunidades originarias, en el 2001 se creó la Ley de Restitución de Cuerpos Indígenas, pero recién en 2010 se hizo efectiva, dando la responsabilidad de ejecutarla al Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), mediante el Decreto Nº 701/10.
Esta ley estableció que los restos mortales de aborígenes que formen parte de los museos y/o colecciones públicas o privadas, cualquiera fuera su característica étnica, deben ser puestos a disposición de los pueblos indígenas y/o comunidades de pertenencia que los reclamen. Si bien la Provincia de San Juan no adhirió a esta ley, la Provincia de Buenos Aires fue la que se encargó de la restitución de cuerpos en esta ocasión.
Registro fotográfico: PUAI