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Más que peinados llamativos

Casi un juego de terror de semejanzas y diferencias

Milei y Trump, quien lo duda, despiertan -cada uno en su entorno y también más allá- odios y encendidas defensas. Pero… ¿en qué se parecen y en qué son opuestos? ¿Las derechas son todas iguales? Aquí, el análisis de la magister Yanina Jotayan para InfoU.

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A diario, la prensa se ocupa de ellos. Muchas veces, el énfasis no está puesto tanto en lo que generan con sus actos y decisiones, sino en el modo que lo hacen y en sus dichos: ninguno de los dos se caracteriza por la prudencia de palabras.

Milei-Trump, Trump-Milei. Dos presidentes que, a simple vista, comparten la inclinación por cortes de pelo que son casi una marca registrada, cada uno con su estilo: ¿se parecen o no?

Según el análisis de la investigadora Yanina Jotayan, “ambos mandatarios representan lo que en la actualidad se conoce como derechas extremas o derechas alternativas, entre otras acepciones”.

“Estas nuevas derechas, como señalaba Stefanoni ¨-en un libro esencial a mi entender para comprender estos tiempos que se titula “¿La rebeldía se volvió de derecha? (2021)”-, comparten rasgos propios de nuestro tiempo y coyuntura. Empecemos por lo que tienen en común”, dice.

Siempre a partir de Stefanoni y el aporte de su mirada, Jotayán explica lo que pasa con las “derechas” que ambos presidentes representan, en la siguiente enumeración:

  1. Son más radicalizadas, populistas y populares. En este último sentido, ennuestro tiempo las extremas derechas han logrado “desdemonizarse”: son figuras con legitimidad.
  2. Plantean una suerte de nacionalismo exacerbado; rechazo a los “globalistas” y a la inmigración. En este punto, es más apropiado para TRUMP que para MILEI (aunque en él hay rechazo al globalismo y la inmigración, lo nacionalista no es fuerte)
  3. Defienden la libertad individual, entendida más bien desde un aspecto económico. Hasta cierto punto rechazan otro tipo de libertades caracterizadas como positivas poniendo en tensión los derechos sociales, políticos y civiles. En este aspecto ponen en tensión la “ciudadanía” y los derechos que se asocian a ella.
  4. Como decía Harvey en un libro sobre el neoliberalismo, imponen una “moralidad arrogante como el aglutinante social”. En este sentido, vemos una “nueva inquisición” que se manifiesta por ejemplo en el rechazo a la libertades y movimientos LGTBQ+, a la insistencia sobre la “gente de bien” frente a otros sujetos humanos. Paradójicamente la gente de bien, cada vez pierde más la “empatía”.
  5. Esta “arrogancia” se manifiesta en una agenda antiprogresista. En el caso de MILEI tiene un “discurso anti-científico y anti-académico de un nivel extremo”. TRUMP, si bien niega el cambio climático, no posee un discurso abiertamente anti-ciencia.
  6. Por último, y muy grave, como señala Stefanoni, alteran la agenda de discusión pública, corriendo las fronteras de lo “decible”. Cuestiones que  parecían inconcebibles como la negación de delitos de lesa humanidad legitimando de cierta manera la dictadura; el odio como un grito salvaje que calle el debate, la diversidad, y las diferencias que son parte de una democracia sana. 

Como síntesis, la investigadora expresa: “Trump representa una suerte de populismo de derecha más bien nacionalista, sobre todo, aunque no exclusivamente en lo económico. Su postura es más bien proteccionista, y esto lo vemos en la suba de aranceles, por ejemplo”.

En cuanto al presidente argentino, señala que “Milei, de forma diferente, como un outsider radical, encarna un antiestatismo extremo, atacando -como vemos casi cotidianamente- incluso a la derecha tradicional argentina, lo que aparece como una novedad en espectro político local. Todo es “izquierdismo” desde su mirada extrema y maniquea”.

Y resume: “De esta forma, mientras Trump apela al "America First" y rechaza el globalismo, Milei abraza el anarcocapitalismo y el nihilismo económico”.

“En otras palabras -se explaya- Trump tiene una estrategia económica basada en el proteccionismo industrial y comercial, favoreciendo políticas fiscales que benefician a las grandes empresas y clases altas, pero sin renegar del rol del Estado en la economía. Milei, por su parte, sostiene un nihilismo económico extremo, defendiendo un anarcocapitalismo que propone la eliminación del Banco Central, la dolarización y la reducción drástica del Estado, con un desprecio abierto hacia las políticas de bienestar, hacia el propio Estado, y hasta la política misma”.

“Trump y Milei comparten características clave del populismo de derecha, pero mientras Trump representa una radicalización de la derecha tradicional dentro de EE.UU., Milei encarna una ruptura más extrema, con un modelo más cercano al anarcocapitalismo y un antiestatismo que no tiene precedentes en el liderazgo de derecha latinoamericano”, concluye Jotayan.

Mgtr. Yanina Jotayan:

Investigadora en el área internacional. Profesora Titular de las Asignaturas Política Internacional y Economía Internacional e Integración Regional en la Licenciatura de Ciencias Políticas (Sociales, UNSJ).

 Texto de Susana Roldán