Se trata de un sistema de disipadores que trabajan amortiguando el movimiento que provocan los sismos, impidiendo que los puentes colapsen. El puente de Sorocayense ya contaba con la misma tecnología.
Fue apenas una mención en el discurso de Nelson Periotti, administrador de Vialidad Nacional, cuando quedaba oficialmente inaugurado el puente que une a Santa Lucía con San Martín, durante la visita presidencial de ayer. Cuando el funcionario aludió a que el puente había sido construido con tecnología desarrollada por ingenieros de la UNSJ, el público estalló en aplausos. Y motivó que un grupo de jóvenes que estaban presentes empezaran a corear el nombre de la universidad. Hoy, el episodio fue recordado por el propio secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Provincia, Tulio Del Bono, al suscribir con el rector de la UNSJ, Oscar Nasisi, cuatro actas complementarias que vincularán al Gobierno con esta Casa de Estudios para impulsar el desarrollo de la ciencia y la tecnología. “Cuando escuché mencionar a la UNSJ, su trabajo y que desde el público se levantó un aplauso, casi se me caen las lágrimas. Yo me enorgullezco de no haberme sacado nunca la camiseta de esta universidad”, dijo Del Bono, quien fuera rector de la UNSJ. La tecnología a la que aludió Periotti en su discurso es un desarrollo de los ingenieros Ricardo Uliarte y Javier Morandi, investigadores del Instituto de Materiales y Suelos de la Facultad de Ingeniería. Según explicó Morandi, “se trata de disipadores que se colocan en la interfase entre el tablero del puente y las columnas que lo sostienen. Esto evita el choque de las vigas con los topes sísmicos puestos en la parte de abajo, limitando así la vibración del tablero durante un sismo. Es decir que lo que hacen los disipadores es funcionar igual que el amortiguador de un auto: controlan la vibración que ocasiona el temblor, protegiendo al tablero (que es la parte superior del puente, por donde transitan los automóviles) y evitando que éste colapse”. Los disipadores son piezas de acero torneado que ya fueron utilizados en la construcción del puente de Sorocayense y actualmente se está tramitando su patentamiento. Fueron diseñados y pensados luego del terremoto de Japón, en el que varios puentes cayeron. “En 2010, cuando se produjo el terremoto de Chile, se pudo comprobar claramente que los puentes que cayeron fue porque no contaban con un sistema como este, que limita la vibración y protege al tablero”, concluyó Morandi.
Se trata de un sistema de disipadores que trabajan amortiguando el movimiento que provocan los sismos, impidiendo que los puentes colapsen. El puente de Sorocayense ya contaba con la misma tecnología.
Fue apenas una mención en el discurso de Nelson Periotti, administrador de Vialidad Nacional, cuando quedaba oficialmente inaugurado el puente que une a Santa Lucía con San Martín, durante la visita presidencial de ayer. Cuando el funcionario aludió a que el puente había sido construido con tecnología desarrollada por ingenieros de la UNSJ, el público estalló en aplausos. Y motivó que un grupo de jóvenes que estaban presentes empezaran a corear el nombre de la universidad. Hoy, el episodio fue recordado por el propio secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Provincia, Tulio Del Bono, al suscribir con el rector de la UNSJ, Oscar Nasisi, cuatro actas complementarias que vincularán al Gobierno con esta Casa de Estudios para impulsar el desarrollo de la ciencia y la tecnología. “Cuando escuché mencionar a la UNSJ, su trabajo y que desde el público se levantó un aplauso, casi se me caen las lágrimas. Yo me enorgullezco de no haberme sacado nunca la camiseta de esta universidad”, dijo Del Bono, quien fuera rector de la UNSJ. La tecnología a la que aludió Periotti en su discurso es un desarrollo de los ingenieros Ricardo Uliarte y Javier Morandi, investigadores del Instituto de Materiales y Suelos de la Facultad de Ingeniería. Según explicó Morandi, “se trata de disipadores que se colocan en la interfase entre el tablero del puente y las columnas que lo sostienen. Esto evita el choque de las vigas con los topes sísmicos puestos en la parte de abajo, limitando así la vibración del tablero durante un sismo. Es decir que lo que hacen los disipadores es funcionar igual que el amortiguador de un auto: controlan la vibración que ocasiona el temblor, protegiendo al tablero (que es la parte superior del puente, por donde transitan los automóviles) y evitando que éste colapse”. Los disipadores son piezas de acero torneado que ya fueron utilizados en la construcción del puente de Sorocayense y actualmente se está tramitando su patentamiento. Fueron diseñados y pensados luego del terremoto de Japón, en el que varios puentes cayeron. “En 2010, cuando se produjo el terremoto de Chile, se pudo comprobar claramente que los puentes que cayeron fue porque no contaban con un sistema como este, que limita la vibración y protege al tablero”, concluyó Morandi.
