En el aniversario de la noche de los lápices , fue descubierta una placa recordatoria y un pupitre en Plaza Aberastain, en reconocimiento a estudiantes secundarios sanjuaninos víctimas del terrorismo de Estado. Fuertes y sentidas palabras de un compañero.
Silvio Cayetano Terranova (17) y Raúl Eduardo Herrada (19), cursaban 6º año de Mecánica; Daniel Ruso (21), técnico Químico; Luis María Blardone (22), técnico Electromecánico; Alberto Carvajal y Héctor Hugo Vedia, técnicos Constructores. Todos ellos eran estudiantes secundarios sanjuaninos y fueron asesinados por el terrorismo de Estado en Argentina. Por ese motivo y por ese dolor histórico, el Taller de Derechos Humanos y Memoria de la Escuela Industrial Domingo F. Sarmiento organizó un acto homenaje en la Plaza Aberastain, donde los asistentes descubrieron una placa recordatoria y quedó formalmente inaugurado como monumento de la Memoria de los estudiantes desaparecidos un pupitre de esa misma escuela. “Los lápices siguen escribiendo”. “Educación, Memoria y Futuro”. “En homenaje a los estudiantes secundarios sanjuaninos víctimas del terrorismo de Estado”, reza la placa homenaje instalada en la plaza, al costado del pupitre. Debajo aparece una fecha tristemente recordada: “16 de septiembre”. Ese día no sólo fue el lunes de ayer, en que tuvo lugar ese acto recordatorio. También fue la fecha de “la noche de los lápices”, allá por los primeros meses de 1976, año iniciático del terror instalado por la última dictadura cívico militar. Memoria actual Dos alumnos actuales de la Escuela Industrial pronunciaron palabras agudamente emotivas. “Los lápices siguen escribiendo. Estos alumnos están ausentes, pero vivos, dándonos su historia para usarla de escalera. Queda mucho por andar y recordar. Este es el primer paso que creemos fervientemente es en la dirección correcta, otorgándole la comunidad educativa un significado real a las palabras Memoria, Verdad y Justicia”. Testimonio Luego, Mario Ortega, ex alumno de ese instituto preuniversitario, técnico químico de la promoción 1972, expresó: “1972 era el año esperado para egresar y recibirnos de técnicos en nuestra Escuela Industrial (..) Fue en julio que Eduardo y Silvio, junto a otros compañeros, decidieron ir a Córdoba de vacaciones. Triste fue para nosotros cuando, al reintegrarnos a clase, nos enterábamos de que Eduardo y Silvio habían sido asesinados, atacados por una brigada militar que les dio muerte sin mediar nada. Tan cobardes, criminales y sucios fueron aquellos asesinos, que luego de ver que eran simplemente unos muchachos quisieron justificar sus crímenes pegando en el auto panfletos apócrifos de propaganda, que para ellos, los cobardes, justificaban su accionar porque le llamaban propaganda subversiva”.
