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Revista La U

Del Congreso Anfictiónico a la división de Nuestra América

El autor de la nota cuenta cómo fracasó el gran propósito unionista y federativo del Congreso de Panamá y cuáles fueron sus consecuencias.

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Convocado en diciembre de 1824 con vistas a que “los intereses y las relaciones que unen entre sí a las repúblicas americanas, antes colonias españolas, tengan una base fundamental que eternice, si es posible la duración de estos gobiernos…”, no obstante, pese a los esfuerzos del Libertador Bolívar, y bajo las condiciones históricas en las que sesionó, el Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826 no podría detener la disolución de la Gran Patria. Había sido convocado desde el Perú por el mismo Libertador Bolívar dos días antes de la decisiva batalla de Ayacucho. Habían sido invitados a participar los gobiernos de Colombia la Grande (integrada por Colombia, Venezuela, Panamá y Ecuador), México, Río de la Plata, Chile, Guatemala (que reunía entonces a los países de Centroamérica), Paraguay y Brasil. Asimismo se les había cursado la respectiva misiva –en carácter de invitados- a Gran Bretaña y Holanda, que no habían adherido a la Santa Alianza Europea, enemiga jurada de independencia americana. Por su parte, Estados Unidos había sido convidado por el Gral. Santander, acción que recibió la desaprobación del Libertador. Haití - República Dominicana no fue invitada porque se encontraba bajo dominio de la corona española Concurrieron la Gran Colombia, Perú, Bolivia (recién separada del Río de la Plata y constituida en “nación”), México y la República de Centroamérica de José Ignacio Arce. Brasil no se hizo presente. Paraguay, a la defensiva, había rechazado la invitación. Estados Unidos deshonró la convocatoria llegando tarde. Por su parte, Holanda, y sobre todo Gran Bretaña, tenían precisas instrucciones de boicotear la unidad de las repúblicas hispanoamericanas, contraria a sus intereses comerciales. El Río de la Plata faltó a la cita, dominado por los intereses portuarios comprometidos con Gran Bretaña. No pudo contar tampoco con la presencia de Cuba, Puerto Rico ni Jamaica (que había sido arrebatada a España y estaba bajo dominio europeo). Del mismo modo, los territorios de las Antillas Menores (que hoy conforman la CELAC) estaban ocupados o bajo dominio de naciones europeas. Con esas lamentables ausencias e inoportunas presencias, el 15 de julio de 1826, saboteado por Rivadavia y manipulado por Gran Bretaña, se clausuró el tan esperado Congreso con la firma del "Tratado de Unión, Liga y Confederación Perpetua", solo ratificado por la Gran Colombia. De esa manera, perdió toda eficacia como instrumento jurídico vinculante entre las partes y su gran propósito unionista y federativo –hoy todavía pendiente de realización-, fracasó estrepitosamente. (...) "Del Congreso Anfictiónico a la división de Nuestra América", leer esta nota completa en