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Proyecto de Ley de Humedales

“Reconozco la necesidad de pensar en el uso racional del terreno”

Sobre el debate de la Ley de Humedales, se consultó a Adolfo Castro, subdirector del Instituto de Materiales y Suelos y especialista en Hidrogeología de la UNSJ

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Desde el año 2013 se viene observando la preocupación de varios sectores por los humedales de Argentina. Sin embargo, se han presentado diferentes proyectos de ley, pero ninguno alcanzó estado parlamentario.

El proyecto de ley de Humedales propone que se legisle en el país la regulación, protección y conservación de los humedales.

La importancia de este proyecto radica en que Argentina tiene veintitrés (23) Sitios Ramsar de importancia internacional, (Convención Relativa a los humedales de Importancia Internacional, especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas) y se estima que éstos cubren aproximadamente el 20% del territorio nacional.

En los últimos años desde el 2020, la ola de incendios en Argentina y la reacción ciudadana impulsaron nuevamente el debate y la actividad parlamentaria para aprobar una Ley de Humedales.

El diputado Leonardo Grosso presentó el mismo proyecto de ley en 2022 que había sido presentado anteriormente, enfatizando el largo proceso de redacción y consenso que siguió la propuesta parlamentaria

En julio de 2022, El Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA) elaboró un proyecto propio que tomó como base lo que se había discutido en el Congreso previamente durante 2020. Un proyecto que tuvo varias críticas por realizar cambios en la definición de humedales, el recorte de derechos en materia de acceso a la información pública y cambios en el sistema de sanciones y moratorias. Por otra parte, y como aspecto positivo, se destaca el trabajo conjunto con todas las provincias para consensuar el proyecto. Finalmente, en agosto de 2022 el proyecto de Grosso fue girado a las comisiones parlamentarias para su discusión.

Para hablar sobre los humedales de la región cuyana se dialogó con el subdirector del Instituto de Materiales y Suelos de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ y especialista en Hidrogeología Adolfo Castro.

Castro inició la charla definiendo que el humedal “es una zona baja respecto del resto de la topografía en donde por sus características hidráulicas es factible que se acumule y haya un flujo de agua subterránea que tiene interacción con aguas superficiales. Esto da como resultado un ambiente propenso para que surjan especies de plantas y que abreven animales, lo que generan pequeños ecosistemas o parte de ecosistemas interrelacionados entre sí”.

Agregó que hay varios tipos de humedales, y mencionó que en los proyectos que se están trabajando en la Universidad con el CONICET, se estudian los humedales altoandinos, situados en lo alto de la cordillera. Éstos funcionan como pequeños oasis, y mantienen a toda una flora y una fauna.

Su opinión respecto del debate planteado a nivel nacional, es que “hay que cuidar los humedales porque son una reserva de flora y fauna, son acumulaciones de agua que mantienen seres vivos todo el año. Si bien en líneas generales están expuestos a una variación climática de origen natural, también son afectados por variaciones antrópicas.

Siguió manifestando que, aunque sólo se ve reflejado en los medios la problemática de los grandes humedales del Litoral, la preocupación sobre su explotación, la racionalización del uso, y el impacto en el futuro, es tema de todos los humedales argentinos.

Continuó explicando que “el comportamiento de los humedales se ve alterado por la intervención humana, la que se produce por dos motivos. Por un lado, porque se interviene el flujo natural del rio mediante presas, embalses, que controlan el flujo y hacen que llegue mas o menos agua y que se vean alterados los ciclos de crecidas y decrecidas. Y por otro, se genera un desequilibrio hidrogeológico, cuando se cambia el uso del suelo y se sacan las plantas naturales y se las reemplazas por cultivo o se destina a la cría de ganado”. Continúa diciendo “a eso se le agrega un cambio climático global, desde los últimos 30 o 40 años, por el que deberíamos estar muy alarmados. Por lo que reconozco la necesidad de pensar en el uso racional del terreno y el control de las autoridades de cómo se hará el uso del terreno a largo plazo, es fundamental”