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Juicio por la desaparición de Raúl Tellechea

Más testimonios plagados de olvido

En una nueva audiencia, quienes testimoniaron continuaron olvidándose de algunos detalles de la causa, pero no pudieron evitar introducir información importante

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El pasado 12 de junio se realizó otra audiencia correspondiente al juicio por la desaparición forzada de Raúl Tellechea.

La jornada se volvió a caracterizar por el protagonismo de testigos pertenecientes a las fuerzas policiales, dos de ellos que cumplían funciones en la división criminalística y otro en la motorizada, al momento de la desaparición. También, hubo dos testigos civiles que introdujeron a través de sus testimonios información relevante a la causa. 

En primera instancia declaró Claudio Marcelo Ramírez quien era motorista en la Policía de la Provincia en el momento de la desaparición. Se vincula al caso porque es hijo de quien fuera empleada en la casa de Natalia Obeika (la pareja de Raúl Tellechea en aquel momento) y también en la casa de Tellechea. No obstante, se lo citó como testigo porque fue él quien en los meses posteriores a la desaparición llamó a su madre para contarle que habían encontrado a Tellechea en el dique de Ullum. Sin embargo, en el momento de atestiguar este hecho, dijo al tribunal que “esa información no la había escuchado de fuentes policiales, sino de una radio que estaba difundiendo la noticia”.

Por su parte la madre de Ramírez, Irma Nélida de la Cruz, en su testimonio especificó que “su hijo Ramírez la había llamado para decirle que habían encontrado a Tellechea enterrado de cabeza en el dique Ullum, en un lugar señalado con un tronco, y que lo habrían trasladado en un taxi”. Aclaró que esta información su hijo la había escuchado en su trabajo.

Por otro lado, declararon dos policías pertenecientes a la división criminalista, cuya tarea fue realizar peritaje en los lugares donde se efectuaron las búsquedas de Tellechea. Estos fueron Juan Vicente Mareca de ocupación escopométrico de la División Criminalística (dibujante técnico), y también realizador de planimetría. El otro fue Silvio Alberto Endrizi perito planista, dedicado a tomar medidas exactas del espacio en un caso.

Ambos peritos manifestaron que en las búsquedas tanto en el dique como en el departamento del desaparecido se hicieron fotos panorámicas (en el dique) e informes con las acciones llevadas a cabo como croquis con las medidas del lugar y búsqueda de sangre bajo la cama (en el departamento), las que arrojaron resultado negativo. Al respecto, Mareca aclaró que “por el paso del tiempo, más de dos meses desde la desaparición, no se usó el luminol porque ya no sería efectivo”.

“Este es un aporte fundamental – manifestó el abogado de la querella Conrado Suarez- porque en todas las fojas de la causa, que son muchas, no figura ningún informe, croquis o foto de los peritajes”.

También estos integrantes de la policía no recordaban excavaciones efectuadas, ni la presencia de los bomberos, o de la División Canes. Declaraciones contrapuestas a las efectuadas en audiencias anteriores por integrantes de la División Bomberos quienes si hablaron de las excavaciones efectuadas en la búsqueda.

Y finalmente declaró Gustavo Platero quien fuera en aquel entonces (2004) director de Telecomunicaciones de la Provincia. Su participación en el banco de los testigos estuvo dada porque conocía a los imputados Luis Moyano, pero principalmente a Alberto Vicente (Lali) Flores, ya que ambos son oriundos del Departamento Caucete “y allá nos conocemos todos” habría referido el testigo.

Platero fue citado porque habría recomendado a Lali Flores a una ex compañera laboral para un trabajo. Aunque en su declaración desconocía la índole de la vinculación de Flores con esa mujer, tampoco recordaba para qué había recomendado a Flores y cuál era la dedicación laboral del imputado en aquellos años.

Debido al carácter impreciso de las respuestas del testigo la querella lo calificó como testigo hostil y solicitó al tribunal que se le recuerde que estaba bajo juramento. Esto ocasionó que se le solicitara al testigo salir de la sala varias veces para debatir entre las partes que tratamiento había que tener con él. Finalmente, esto ocasionó que se cite como testigo en audiencias futuras a la mujer aludida en esa situación.